EN DIFERIDO: Detrás de las paredes (DREAM HOUSE)

Estoy que me salgo últimamente y es que no doy una al seleccionar las pelis.

Si la pasada semana tropecé con Caperucita, esta me resbalo y caigo de bruces con el film de Jim Sheridan (Mi pie izquierdo, En el nombre del padre).

Me encontraba nerviosa y expectante a rabiar porque no soy mucho de películas de suspense o terror, pero ni lo uno ni lo otro. Salvo los diez primeros minutos, tal vez quince, permanezco alerta tal y como mandan los cánones. La atmósfera que recrea es algo tétrica, pero solo algo. Lo justito. Avanza el metraje y me va entrando un sopor casi equiparable al del protagonista. Y cuando debería haber sentido un pellizco en la tripa al desvelarse la trama, observo que aún me queda casi media película por ver.

Detrás de las paredes no es una peli buena. Es una película mediocre. El peso del reparto se queda en los títulos de crédito porque lo que es en la cinta, los actores parecen dobles de ellos mismos. Podría resumir por encima de que va esta película a los rezagados como yo, pero… bueno, lo haré.

Un matrimonio idílico con unas niñas preciosas cambia radicalmente de vida al mudarse a una casa en las afueras. El padre (Daniel Craig; Casino Royale, La brújula dorada) pretende escribir una novela y su bellísima esposa (Rachel Weisz; Enemigo a las puertas, El jardinero fiel) le facilita la existencia con una dulzura que sólo esta actriz realza sin parecer empalagosa. Inmediatamente comienzan los sonidos extraños, las visiones y las incongruencias. Hasta ahí, argumento muy típico de casas encantadas habitadas por inquilinos novatos que se agobian por momentos. El desarrollo posterior parece interesante por unos instantes para de pronto perder fuelle, lógica y por supuesto pasión interpretativa.

Esta película realmente anodina, desilusiona y cabrea a partes iguales. Porque no da miedo, no te engaña y no te obliga a escurrirte los sesos con su intriga. Vamos, un fiasco.

Y perpleja me quedo al ver a la imponente Naomi Watts (Lo imposible, 21 gramos) ¿interpretando? a la vecina. Cuanto talento desaprovechado.

Jim Sheridan se ha lucido. Este director, guionista y productor, capaz de exprimir interpretaciones memorables en largometrajes de equivalente calificativo, ha creado un pieza innecesaria desde su origen hasta el fin. No creo pues que recuerde esta película dentro de unos minutos cuando finalice mi critica. Tal vez, si la ponen algún día en la tele, sonreiré y cambiaré de canal.

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