EN DIFERIDO: Agua para elefantes (WATER FOR ELEPHANTS)

No puedo negar que he disfrutado de un rato agradable. Pero sólo eso, agradable. No he visionado una peli de las que necesitas tiempo para quitártela de la mente, por un personaje brillante, una música envolvente o un argumento denso.

No. He visto una película con algunos aciertos pero sosa. Lo cual no resta disfrute palomitero.

Este film de Francis Lawrence (Constantine, I Am Legend) que dentro de nada nos ofrecerá la próxima entrega de Los juegos del Hambre, narra una historia a partir del libro de Sara Gruen, best-selller por cierto. Y es una historia romántica, de sueños, de posibilidades, de crecimiento personal, todo ello enmarcado en el durísimo escenario que pudo ser la Gran Depresión. Por eso las nostalgias de un tiempo pasado al que nadie desearía volver, salen airosas con una atmósfera que bien recrea aquellos años treinta pese a que los escenarios son carpas de circo y un tren. Pero posee tintes elegantes que te meten de pleno en aquellos años.

Y a pesar de tratarse de un argumento fácil y previsible, repito, posee estilo para relajarte un buen rato sin que te pique todo. Pero ahí acaba el mérito.

El chico veterinario, Robert Pattinson (Twilight Saga, Cosmopolis, Remember Me), ve arrebatada su inocencia de forma dramática y por obra del destino se sumerge en el mundo circense de los años treinta. La chica, Reese Witherspoon (Walk the Line, Sweet Home Alabama),  otro personaje marcado por el abandono y entregada a su suerte a un malvado y retorcido (cómo no) Christoph Waltz (Inglourious Basterds, The Three Musketeers). Evidentemente el amor surge entre los dos jóvenes y la trama evoluciona con el auge del romance y la decadencia del espectáculo de circo.

Tanto Reese Witherspoon como Christoph Waltz son ganadores de un Oscar, y ambos tienen aplomo suficiente como para con su sola presencia justificar el personaje. Interpretan bien, aunque en este caso sin mayor esfuerzo. Y el que me sorprende gratamente es Robert Pattinson. Sigue extremadamente enquilosado en sus expresiones (es el polo opuesto a Jim Carrey, al que pronto se le saldrá un músculo facial del sitio) pero su trabajo en este film debe ser reconocido pese a su falta de registros. ¿Por qué? Porque después de toda la saga crepuscular, intenta, lucha y en momentos consigue que te olvides de Edward Cullen y sus mohínes ñoños. Y apartándonos de la interpretación, es un bomboncito que merece la pena ser observado, a pesar de que su química con Reese no emite ni fuerza ni pasión.

Y merece ser mencionada la banda sonora de James Newton Howard (habitual de M.Night Shyamalan, The Prince of Tides, The Tourist) porque pese a seguir la tónica de la película donde todo es suave y sin mayor repercusión, siempre es agradable oír partituras de este compositor, que para mi es una auténtica delicia.

Agua para elefantes es una peli que parece de las de antes, que te hace pasar un rato agradable y que podría haber sido mucho más, pero es lo que es.

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