¿Por qué Matt Bomer debería ser Christian Grey?

Porque es una de las verdades del universo.

Es tan cierto como que la luna asoma por las noches y el sol por las mañanas.

Como fémina lectora del fenómeno erótico de la década, supe de Christian Grey antes que de Matt Bomer (White Collar, In time) . Y cuando conocí a Matt me sorprendió descubrir que el personaje que mi calenturienta mente había creado mientras avanzaba por las tórridas páginas de Cincuenta sombras de Grey existía. Era de carne y hueso. Tenía su pelo, sus ojos, su boca, su cuerpo.

Y en un profundo estudio de mercado (admirar fotos de Matt Bomer con otras mamás del cole) sin que yo me pronuncie al respecto aunque mis músculos faciales me delaten, todas opinan igual.

¿Acaso es coincidencia que diferentes mujeres que duermen con diferentes hombres en sus diferentes camas, hayan creado dentro de su mente la fantasía erótica que coincide pasmosamente con este actor tejano de treinta y cinco años?. Uf, necesito respirar. Este tema de Cincuenta sombras de Grey sobrepasa a cualquiera. De hecho no pueden ni finalizar o concretar el dichoso casting para la película. ¿Cómo plasmar este best-seller en imágenes sin caer en el despropósito vulgar y evocando al mismísimo Nacho Vidal en sus mejores momentos?.

Ryan Gosling (Drive, Los idus de marzo) figura como favorito, pero a quién pretendemos engañar. Es terriblemente atractivo sí, pero Ryan, no eres el Sr. Grey.

Y retomo mi apología particular y algo peculiar acerca de este fenómeno terrenal llamado Matt Bomer. Su currículum es escaso, y en pantalla grande tan sólo cuatro títulos le avalan (obligado ver Magic Mike), pero reitero, él es Christian Grey. Y sin querer entrar en el tema sobre su orientación sexual, me veo obligada a recordar a quien se preste a leer esto que muchos de los grandes mitos sexuales cinematográficos son homosexuales. Si es necesario cito a Rock Hudson, Cary Grant o Montgomery Clift por nombrar a algunos. Ellos nos hicieron soñar, porque de esto se trata señoras y señores amantes de la belleza. Soñar, ser transportados a lugares que en la vida real no existen y ser seducidos por personajes que jamás podrán traspasar la frontera de nuestra conciencia.

Eso es el cine. Y rechazar a un impecable candidato por un motivo tan fútil, es de ser un completo hipócrita. Todos y cada uno de los actores del panorama cinematográfico interpretan. Y si alguien tiene dudas, que busque es este fantástico túnel con miles de salidas que es internet y se topará con un Matt Bomer que besa con pasión delante de las cámaras y que te induce a pensamientos más allá de lo políticamente correcto. Mmmmmm!!!